lunes, 10 de abril de 2023

Reseña del libro Vencieron, pero gané (Lorenzo Morales)


Vencieron, pero gané. Memorias autobiográficas. Lorenzo Morales. Odisea Records (2023). 670 págs. 

Vencieron, pero gané son las memorias personales de Lorenzo Morales o, lo que es lo mismo, de Los Muertos de Cristo y El Noi del Sucre. Lorenzo Morales se abre de par en par a lo largo de las más de 600 págs con las que cuenta el libro. Desde su vida personal y familiar, hasta su faceta artística y, cómo no, militante. Aunque yo soy unos pocos de años más joven que él, en muchos momentos de la obra me he sentido identificado con las historias que cuenta. No sabía que llegó a vivir un tiempo en Catalunya, así que me han resultado muy familiar palabras y expresiones como “trabanqueta”, hacer campana… así como la venta de pollitos pintados con pintura!! Mi familia también proviene del Sur, así que el tema de la venta ambulante, los mercadillos, las casas alrededor de un patio con lavabo comunal y, en definitiva, las costumbres y mentalidad de la sociedad andaluza, también me son conocidas. Y ya no digamos los momentos en los que descubre la música, el punk, o cuando se hace con los primeros discos y asiste a los primeros conciertos. Prácticamente parece mi alter ego. 

¿Y qué decir sobre su periplo militante? Aunque yo me afilié años más tarde al sindicato, desde que comencé a tener conciencia política siempre me identifiqué con los postulados libertarios. Además, dos de mis amigos íntimos militaban en la Confederación, por lo que todo lo que cuenta Lorenzo Morales sobre la CNT y el anarquismo, me suena tanto para bien como para mal. Porque la historia reciente del Movimiento Libertario en el estado, con sus muchos aciertos, también ha sido tristemente muy convulsa debido sobre todo a los problemas internos entre sindicatos y diferentes corrientes. Por tal motivo, muchos de los acontecimientos narrados en el libro los recuerdo en mayor o menor medida: la Expo del 92, el patrimonio sindical histórico reclamado por la CNT, la huelga de la limpieza en Tomares, el atraco de Córdoba, el asesinato de Carlo Giulani, las movidas de la cumbre de Sevilla, etc, etc. De hecho, si mi memoria no me falla, creo que vi a Lorenzo en algún momento de las movilizaciones que hubo en Sevilla en el año 2002 con motivo de la huelga general y la cumbre europea. Recuerdo que yo obviamente ya conocía a Los Muertos de Cristo y cuando lo vi, me dije, eh, es él!! (aunque tras lo leído acerca de lo que le ocurrió a su pareja durante ese evento, podría estar equivocado). 

La primera vez que vi a Los Muertos de Cristo en concierto fue en el Skorpions de Terrassa en el 2000 y no seríamos más de 100 personas en el garito (tampoco cabía mucha más gente, era un bar al fin y al cabo). La segunda y la tercera ocasión en que los vi ya fue otra cosa. Eran los años del directo Bienvenidos al infierno y su popularidad se había “disparado”. En las Jornadas Libertarias de Cornellà (2001), ya escuché rumores y críticas entre militantes anarcosindicalistas por el caché que la banda exigía por entonces. Eran los tiempos de las polémicas -pajas mentales- de que si vendían en Tipo, que si tocaban en festivales comerciales, etc. Lorenzo Morales tuvo no pocas polémicas por tal motivo o parecidos y prácticamente todas se explican en la obra. Porque ya sabemos que intentar vivir de la música o intentar al menos no palmar pasta cuando tocas siendo anarquista, es y era pecado mortal para mucha gente del Movimiento. Puedes escuchar a cientos de grupos guiris que viven de la música sin ningún problema, pagar por sus discos y por las entradas de sus conciertos lo que sea y lo que te pidan, pero cuidado, si te consideras anarquista e intentas hacer lo mismo aquí te crucifican… Lorenzo Morales casi siempre ha remado a contracorriente de casi todo, y en este Vencieron, pero gané se repasan todos estos asuntos. Lo que no he terminado de entender es por qué con según que grupos, salen nombres (Ska-P, La Polla Records, Lehendakaris…), pero con otras bandas los omite. Y otra cosa que no he logrado entender es cómo no salen los nombres en mayúsculas y en negrita de todos esos promotores que los estafaron sobre todo en Latinoamérica. En su día se difundió casi todo en la red, es cierto, pero opino que esa gentuza deberían estar retratados como lo que son permanentemente. 

Solamente leer sobre la frenética actividad de Lorenzo en el libro ya me ha provocado stress. Habrá quien vea el vaso medio lleno o quien lo vea medio vacío, pero reconozco que saber de tantas movidas y polémicas me ha dejado un regusto un tanto amargo. Y es que no tenemos solución. En demasiadas ocasiones, el enemigo de un anarquista o de un punk no es un nazi, un policía o un explotador. Nuestro primer enemigo es casi siempre uno de los nuestros. Suena pesimista pero es lo que pienso. Aun todo, viendo que hoy día Lorenzo Morales aún sigue al pie del cañón contra viento y marea haciendo conferencias o inmerso en sus diferentes proyectos tanto musicales como audiovisuales, es posible creer en que aún haya algún futuro y que quede después de todo alguna esperanza dentro del Movimiento. Si viviste como yo toda la época en la que Los Muertos de Cristo o El Noi del Sucre estuvieron en activo, y si te interesaba el mensaje y todo lo que ocurría alrededor durante todos esos años, este libro te encantará, pues te reconocerás entre l@s muchas historias y protagonistas que aparecen. Está muy bien escrito y ante todo es políticamente incorrecto, lo que es muy necesario en estos tiempos de redes sociales y postureo que corren. Sobre muchas cosas, como a mí me ha pasado, podrás no estar del todo de acuerdo, pero es innegable reconocer que al menos Lorenzo Morales ha vuelto a dar la cara. Vencieron, pero gané no tiene desperdicio alguno y lo recomiendo efusivamente. Ha sido un disfrute su lectura. 

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