Lonely Boy. Tales From A Sex Pistols. Steve Jones. Windmill Books (2017).
Lonely Boy - Historias de un Sex Pistol, son las memorias del que fuera - y es- guitarra de los
Sex Pistols:
Steve Jones. El libro salió en 2016, 22 años después del libro con las memorias de
John Lydon, y 20 años después del libro con las memorias de
Glen Matlock. No he leído la obra de
Matlock, pero sí que tengo la del
Rotten (comentada
aquí), por tanto,
Steve Jones ha tenido el tiempo y la perspectiva suficiente para preparar concienzudamente su historia. O, dicho de otra forma, para devolverle todos los golpes al
Johnny Rotten, después de que éste lo criticara a base de bien en su
No Irish, No Blacks, No Dogs. A pesar de todo, cuando le tiene que reconocer algún mérito, lo hace (por ej. cuando lo compara con
Jimmy Pursey y dice que él es mejor, o cuando lleva a juicio al
Malcolm McLaren), por lo que he encontrado a
Steve Jones mucho menos resentido que al
Rotten, el cual, tras lo visto y leído, entiendo ahora por qué es tan subnormal el hombre.
Steve nos da algunos detalles más sobre la manera de ser del
Rotten que hace que todo cuadre a día de hoy. Me refiero a su apoyo a Trump, a la reina y todas las demás gilipolleces que de tanto en tanto, escupe por la boca. Por ejemplo, me ha sorprendido mucho leer anécdotas tales como la del
Rotten liándola en los vuelos porque, atención, no le dejaban fumar dentro del avión (en algún caso sí acabó haciéndolo sin llegar a ser expulsado/detenido!!). Y hablamos de las giras que hicieron hace unos años, no del año 77.
Steve Jones deja caer algo acerca de unos posibles problemas con el alcohol que sin duda empeoran la ya de por difícil personalidad que se gasta el coleguita.
Volviendo a Lonely Boy, la obra tiene tres partes: antes, durante y después (de los Sex Pistols) en los que capítulo a capítulo, Steve nos desgrana toda su vida, intimidades incluidas. Porque hay que decir que Steve Jones es a su vez un personaje un tanto peculiar, por decirlo de una manera suave… Y es que Steve, aparte de ser un ladronzuelo, también reconoce alguna perversión sexual que otra, como que le gustaba hacer de mirón/voyeur. Steve a su vez comenta que sufrió abusos sexuales por parte de su padrastro, motivo por el cual, según él, años más tarde se convertiría en un adicto al sexo. Una cosa que no me ha gustado nada del libro es la arrogancia que se gasta Steve con el sexo. Se pasa media obra jactándose que se tira a todo lo que se mueve y saca pecho por ello como buen “machote” que pretender ser. Incluso se cepilló a las novias de sus colegas de grupo, Nancy Spungen y la hoy mujer del John Lydon, Nora Foster, incluidas. En fin, bastante pedante el Steve Jones en ese sentido además de ser un chorizo de mucho cuidado del que no se podía fiar nadie.
Más o menos casi todos los aspectos más remarcables de su vida con los Sex Pistols vienen explicados y únicamente he echado en falta algo más de información acerca de los tours que hicieron cuando se volvieron a juntar (2006-2008). También me esperaba algo más de info sobre su periplo con The Professionals, pero bueno, de todo sale algo. Lo que desconocía por completo y que me ha sorprendido mucho descubrir es que Steve Jones fue tan yonki o más que el Sid Vicious entre los años 1979 y 1985 (más un par de recaídas a posteriori). Si Steve ya era mangui de por sí antes de ser heroinómano, imaginaos cuando le faltaba la pasta y tenía que hacer lo que fuera para conseguir jaco… Pero en Lonely Boy hay otras historias a su vez interesantes. Como cuando habla del fallido proyecto con Jimmy Pursey de los Sham 69 (Sham Pistols) o explica cómo en una salida con el Pursey y el séquito de skinheads que lo seguía a un concierto de los Undertones, acabaron expulsando a los de Derry del escenario y destrozándolo todo. Según Steve, esto ocurrió en su etapa oscura de yonki, en unos tiempos en los que pasó de llevar camisetas con el lema “Destroy Fascism”, a otras con la esvástica impresa (vaya, como el Sid Vicious!!).
A Steve Jones no le gustan grupos como Exploited o GBH y por lo demás, hay tres referencias al puto estado español. Una, cuando utiliza la palabra “pesetas” al hablar de dinero en lugar de libras; la segunda es cuando lo mandan a las Islas Canarias para intentar alejarlo de la heroína (no se metió jaco, pero sí todo lo demás); y la tercera y última, cuando habla de su última actuación con los reformados Sex Pistols en 2008 en Vitoria-Gasteiz (contexto: la situación entre los miembros de la banda y el John Lydon era muy mala y Steve no quería hacer más conciertos): “Desafortunadamente, hicimos un nefasto concierto más unos días después en esta parte de España en donde no les gusta que les llamen españoles. El final de mi “cuento de hadas” me lo habían jodido los vascos… tras todo lo que había hecho por ellos! (La parte final no la acabo de entender y no sé bien a qué se refiere. Lonely Boy está editado en castellano pero esta reseña está hecha del libro original en inglés. Si alguien lo tiene en castellano, que me pase la traducción de este párrafo).