Stiff Little Fingers- Spam Javelin. Sala Tivoli (Buckley). £20.
Me enteré de este concierto por pura casualidad ojeando el facebook. Esperaba ver a los SLF ya en 2016 cuando se dejaran caer como siempre por Manchester, por lo que no caí en la cuenta de que se pasaban otra vez por la sala Tivoli (los vi en el mismo sitio a finales de 2014, leer aquí la crónica). Así, tras preparar toda la logística me puse rumbo al norte de Gales, empresa nada fácil, pues aunque el pueblo está a escasos 40 minutos en coche de donde yo vivo, la frecuencia de trenes hacia Buckley es de uno cada dos horas. Para volver, si no te recoge alguien, te quedas sin más remedio tirado pues no hay transporte público que te lleve de vuelta. Tenía dos opciones: llegar dos horas antes de que empezara el concierto o llegar a punto de comenzar éste pero perdiéndome a los teloneros. Al final, ni una cosa ni la otra. Elegí llegar temprano pues tenía pensado cenar algo con calma, pero ese día estuvo diluviando sin cesar y el servicio de trenes hacia Gales estaba suspendido. En su lugar pusieron un autobús, pero tardé el doble de tiempo en llegar al pueblo, por lo que al final igualmente me perdí a los teloneros Spam Javelin (su bandcamp aquí), y además tuve que papear a toda pastilla para no perderme el comienzo de los SLF. El año pasado tocaron en domingo, por lo que hubo mejor entrada que la de ese jueves, donde calculo que nos juntamos entre 300 y 400 personas. Aparte de esto, hubo una curiosa novedad entorno al garito aunque nada que ver a priori con la música. Resulta que los trabajadores/as de la sala han estado experimentando diferentes fenómenos paranormales últimamente y es por ello que han llegado a salir en un programa de televisión llamado The most haunted, que es una especie de 4º Milenio pero dedicado exclusivamente a lugares encantados… Interesad@s, ver aquí el programa íntegro dedicado al antro en cuestión, pero un pequeño resumen sería el de “entes” que aparecen en los monitores de seguridad colgando del techo y que luego se desvanecen sin dejar huella, cosas que vuelan... vamos, lo típico. Yo debo decir que no vi nada paranormal, lo más “raro” de este garito es que te venden latas de litro de cerveza y que no te la ponen en un vaso de plástico, eso, más el pogo tan rural que se forma siempre, pues parecía que los que tocaban eran los napalm death en lugar de los SLF. Pero quitando esto, no mucho más. En fin, yendo a la actuación de los Stiff Little Fingers, decir que cumplieron y que no hubo apenas cambios en el repertorio desde la última vez que los vi. Una parte del setlist fue algo más tranquilo con canciones como “Guilty as sin”, “Harp” o “Bits of kids” (esta última uno de mis temas favoritos de ellos); y el resto, pues imaginaros, la pura y clásica dinamita de siempre, por lo que bien. “Wasted life” y “Alternative Ulster” pusieron el colofón y todo quisqui se fue contento. “Trail of tears” fue la novedad del repertorio y es una de las canciones que más me gustan del álbum No going back. Cayó la cuarta y Jake Burns explicó que la compuso cuando en los USA modificaron una ley que endurecía la persecución de la inmigración mexicana, aunque obviamente se puede extrapolar a todo tipo de inmigrantes o refugiados. Escribo esta crónica hoy domingo, dos días tras los atentados de París. Ya he podido leer en algunos medios que algunos terroristas portaban pasaportes pertenecientes a refugiados, por lo que no hace falta ser un “experto” para saber que la demonización de la inmigración va a subir aún más si cabe. Tampoco hace falta decir lo jodido de los tiempos que corren y que la clase trabajadora nos vamos a ver atrapados entre dos fuegos. Como siempre y tristemente, vamos a ser su carnaza y vamos a poner la sangre de sus guerras, bombas y conflictos de mierda. Puto asco de mundo!
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