lunes, 28 de enero de 2019

Crónica 999 (26-1-2019)


999 - Bite Back - Sonic Rednecks. Molly's Chambers (Birkenhead). £ 5

El 2019 lo he estrenado a nivel de conciertos con nada más y nada menos que los 999, los cuales estos últimos años se han dejado caer con bastante frecuencia por Birkenhead del Vallès. 999 no hace falta que diga que son historia viva del punk. Se formaron en 1976 y al cantante Keith Lucas aka Nick Cash le enseñó a tocar la guitarra el mismísimo Ian Dury, con el que coincidió en el grupo Kilburn & The High Roads. Malcolm McLaren era por entonces quien les diseñaba la ropa antes incluso de que empezara con los Sex Pistols. Tras rechazar reemplazar a Wilko Johnson en los Dr. Feelgood, Nick Cash formó los 999, quienes tras el éxito de sus primeros trabajos lograron hacerse un merecido hueco entre las bandas más notorias de la primera ola del punk británico. 


Y 43 años después aún continúan en la brecha sin perder un ápice de energía y con dos miembros originales en la formación: Nick Cash y su hermano Guy Days. Junto a ellos, Arturo Bassick de los Lurkers (quien se unió al grupo en 1993), y Stuart Meadows a las baquetas. Stuart toca habitualmente con los Resistance 77, pero a su vez ha estado en otras muchas bandas como los English Dogs, los Lurkers o los Conflict. Sí, los anarco punk de los Conflict. Esto lo digo porque hace unos años, cuando estaba con los English Dogs, por una “estúpida provocación” se le atacó muchísimo por la red y fue tachado de medio nazi. Nunca es tarde para reparar un daño, pues incluso yo tuve mis dudas sobre él (era sobre todo porque nunca me ha gustado el rollo patriótico que llevan los R 77, quienes por entonces tocaban con grupos bastante chungos en mi opinión). Bueno, pues como decía, ahí estaban los 999 más “alive” que nunca… 


Pero por supuesto, antes de ellos tocaban los teloneros. Sonic Rednecks fueron los encargados de abrir el festi. Su estilo mira más a los USA que a Uk pues practican un (punk) rock alternativo muy en la línea de las bandas del sello Sub Pop. He de reconocer que no soy muy fan de este tipo de sonidos y seguramente, la culpa de ello la tuvo Kurt Cobain y su mierda de grupo. Pero volviendo a los Sonic Rednecks, recuerdo que la primera vez que los vi, en 2011, repartieron por las primeras filas algunos CD-r con me imagino su música grabada. Yo pillé uno, lo que me pasó luego fue que como eran simplemente cd’s grabados sin título alguno y sin portada ni nada, lo perdí de vista en el caos que era por entonces la habitación en donde vivía. Como me he mudado unas 4 o 5 veces, a saber dónde tengo ahora el dichoso CD… 



Bite Back, los siguientes en subir al escenario, nunca fallan cuando juegan en casa. Show vigoroso y muy dinámico, uno de los mejores que yo les he podido ver últimamente. El público por supuesto muy receptivo con ellos, ya sea por coleguismo o porque simplemente se lo curraron, pues hay que decir que el garito contó con una muy buena entrada y vino bastante gente de fuera. No es que me conozca a toda la escena punk local, pero casi, por lo que ya digo que hubieron muchas caras nuevas que disfrutaron igualmente. En fin, lo dicho, muy bien Bite Back y pienso que ya casi que podrían entrar a grabar de nuevo, si no un CD, al menos un EP o un Maxi. Terminaron con la guapa versión del “Real Wild Child (Wild one)”, que está popularizada en el mundillo punk por Iggy Pop


Llegaba el turno ahora de los 999, los cuales comenzaron a ritmo de la de “Black Flowers For the Bride”, “Inside Out” y la de “Hit Me”. El problema fue que el sonido era bastante precario. No sé qué ocurrió con el equipo de sonido, porque tanto Sonic Rednecks como Bite Back sonaron medianamente bien, pero con los 999 todo sonó de puta pena. Nick Cash y el resto de la banda intentaron mantener el tipo y la profesionalidad todo lo que pudieron, pero a menudo Cash paraba de cantar (como por ejemplo en la “Lie, Lie, Lie”), y hacia un gesto así como diciendo… “no me oigo apenas o qué mal que suena todo, joder”. Pero como él también dijo hacia la recta final de su actuación, “el sonido no es bueno pero lo que importa es el espíritu”. Amén. Menos mal que el público no paró de arroparle y corear los clásicos del grupo, sobre todo la grandiosa “Homicide”. 


Pero es que la cosa puso terminar en tragedia y todo. Debido a lo pequeño que era el escenario, Nick Cash, quien no para quieto cuando toca, pisó en falso durante uno de los temas en los que no toca la guitarra y, si no es por los bafles laterales que pararon la que iba a ser una buena caída de espalda, se nos hubiera matado ahí mismo del ostión que se hubiera dado. Poca broma que son 69 tacos los que tiene el hombre. En definitiva, debido al sonido, éste no fue el mejor concierto que les he visto a hacer a los 999, pero aun todo, con los hits que tienen disfruté mucho como no podía ser de otra manera. 999 cuentan con una extensa discografía en la que tienen muchos altibajos, para qué engañarnos, pero a pesar de todo, tienen la capacidad de hacer un repertorio de 40 o 45 minutos en el que no da tiempo alguno a aburrirse. Volved pronto!

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