Oi Polloi van a estar tocando el próximo sábado en Liverpool y finalmente sí voy a poder ir a verlos. Como últimamente ando un tanto falto de inspiración a la hora de hacer entrevistas, me he decidido por traducir libremente esta antigua entrevista del grupo que salió hace unos años en el Vice. A pesar de su compromiso político los Oi Polloi desde siempre han demostrado tener un fino sentido del humor que incluso utilizan a menudo a la hora de protestar con su música. También cómo no, saben reírse de ellos mismos y de sus desgracias sin ningún problema, como es el caso de esta entrevista que ahora nos ocupa. Oi Polloi militan en el lado más “crust” de la escena anarco-punk, por lo que como veréis, andan sobrados de anécdotas sobre el mundillo costra. Bueno, pues aquí os dejo con esta atípica y divertida entrevista al cantante de los escoceses Oi Polloi y no perdéroslo en directo si tocan por vuestra zona, pues son la caña!!
30 años de heces, pulgas y punk
P. Estáis a la espera de actuar para un millar de punks anti-monárquicos muchos de los cuales no habían nacido aún cuando comenzasteis, ¿podéis creer que lleváis ahora cerca de 30 años funcionando?
Deek. Estamos más sorprendidos que nadie. Cuando empezamos éramos simplemente un grupo de adolescentes con granos en la cara tratando de tocar versiones de los Exploited en el garage de un colega con un ampli de 15 vatios y una batería hecha a base de cubos de fertilizante. Una vez que aprendimos a hacer lo suficientemente mal las versiones, hicimos nuestro primer concierto benéfico en el colegio. El micro no tenía dónde sostenerse, por lo que un amigo lo aguantaba desde un lado del escenario sacando su mano por la cortina. Fue tan mal la cosa que quitando una persona, todo el mundo se fue a la sala contigua a ver una demostración de kárate.
P. ¿Cómo fueron las cosas tras esto?
Deek. Una vez que sacamos algunos temas nuestros, nos pusimos a buscar conciertos propiamente dichos, aunque tuvimos muchas dificultades para conseguirlos. Acabamos tocando en clubs para jóvenes menores de 12 años y en casas para niños con discapacidades.
P. No es que lo petarais precisamente. ¿Pensaste alguna vez en dejarlo, alisarte el pelo y buscar un trabajo normal?
Deek. Curiosamente, lo que nos mantuvo en aquellos días fue el entusiasmo de un chaval del norte de Escocia. Nos solía enviar cada semana un carrete para que fuéramos al centro y nos hiciéremos fotos posando con nuestros colegas tratando de parecer duros, enseñando el culo y haciendo cortes de manga a la cámara. Claro que el hecho de que este chaval tan simpático, al que nunca nos llegamos a encontrar, nos animara a desnudar nuestros traseros debería de habernos hecho saltar las alarmas, porque al final, lejos de ser “un punk rocker de 19 años con una cresta verde”, en realidad resultó ser un convicto depredador sexual de 50 y pico de tacos.
Poco tiempo después de que le descubrimos, dejó de escribir a los grupos punks y comenzó con los skinheads, animando a los “pobres” a posar sin camiseta en frente de la Union Jack y a hacer poses a lo “Nicky Crane” con sus chaquetas Levi ajustadas, así él los podía observar marcando paquete… de nuevo, solo para su placer pajillero. Hay que reconocer que encontró una forma bastante creativa para evitar ser etiquetado como un pedófilo de los de perfil bajo.
P. Me imagino que las cosas fueron a mejor tras tener a un pedófilo como mecenas…
Deek. Sí, se podría decir eso, pero las cosas nunca fueron aburridas. Hemos tenido cerca de 50 miembros en la formación en los últimos 30 años. Alguno de ellos están actualmente tocando en bandas como Exploited o Disorder, y uno de ellos está en los Aberfeldy, quienes metieron el año pasado un tema en un anuncio de la Coca Cola Light. Es extraño mirar hacia atrás en el tiempo cuando hemos llegado a tocar por toda Europa, los Estados Unidos, Canadá… y en algunas ocasiones, para miles de gente a la vez. Aunque la mayoría de nuestros conciertos, como era en el pasado, son affaires en cálidos y sudorosos sitios llenos de gente que te mira justo a los ojos y baila sobre el escenario (si lo hay) mientras tocas. No somos un grupo de hotel, por lo general acabamos quedándonos con nuestra audiencia tras los conciertos.
P. Sin embargo, me imagino que hay veces en los que definitivamente algo que no es “cool” o algún lujo decadente pueden llegar a parecer atractivos, ¿no?
Deek. Dímelo a mí. Algunas cosas de las más divertidas ocurren cuando te quedas en el lado “crusty” con quienes piensan que ser “cool” es estar lo más sucio y apestoso posible. Hemos perdido la cuenta de las veces que hemos estado en okupas tras los conciertos y nos hemos encontrado con lo que parecía ser una pesadilla post nuclear, con figuras ataviadas con negros andrajos apiñadas entorno a una hoguera en diferentes estados de intoxicación mientras perros vagaban alrededor de las pilas de escombro del vertedero en el que la okupa se encontraba situada.
Una vez estaba en el tejado de la okupa dando una entrevista cuando la policía entró y comenzó a golpear a la gente. Tiramos de la escalera para arriba y nos quedamos en el tejado hasta que ya no hubo moros en la costa, pero entonces yo perdí de vista a mis compañeros de grupo y me quedé tirado. Afortunadamente me encontré con una chica que me dijo que me podía quedar en su okupa que estaba abajo de la calle, ya que uno de sus amigos estaba fuera. “Bien”, dije, pensando sobre todo en el confort de un colchón que no me esperaba. Me metí en la cama y empecé a disfrutar hasta que comencé a sentir cómo hordas de pequeños insectos subían por todo mi cuerpo.
“No”, pensé, “esto no puede estar pasándome a mí, lo estoy soñando”. Unos segundos después me di cuenta de que jodidamente me estaba pasando. Tras saltar fuera de la cama gritando, encendí la luz y las sábanas estaban literalmente ardiendo llenas con una alfombra de piojos y pulgas. Jodidamente horrible!
Después tengo historias baratas acerca de mierdas de perro por todo el suelo. Fuimos a mirar uno de los discos del tipo y había una mierda de perro en la portada misma del LP!! Y borrachos pajilleros tirando dardos a la cabeza de la gente que estaba durmiendo…
P. ¿Y qué tal en el extranjero? Siempre ha parecido que la escena okupa y punk estaban más unidas y organizadas que aquí.
Deek. Era lo que creíamos hasta que nos fuimos de gira por ahí. Tocamos en una okupa polaca el año pasado y preguntamos a un chaval acerca de dónde estaban los lavabos. Nos miró como si fuéramos tontos y nos dijo que el lavabo estaba en “cualquier parte”. A la par que nuestros ojos se aclimataban a la luz de las velas, observamos figuras de crusties acuclilladas en las esquinas oscuras como en una escena de Macbeth: con ríos de diarrea desembocando en el ya de por sí fecal y cagado suelo.
Sin embargo, el peor fue en Colonia. Cuando llegamos para tocar en la okupa un chico se ofreció a darnos una visita guiada y empezó diciendo: “Hay tres tipos de gente que para por aquí; la gente política que son ok; los punks que son ok… y después está la gente con piojos en su cuerpo.” Entonces nos llevó por el sótano cavernoso que estaba lleno con pilas de ropa y mantas podridas, intercaladas con cubos con algo negro y un olor fétido. “No os acerquéis mucho”, nos aconsejó, “aquí es donde la gente con piojos duerme”.
Resulta que las pilas de ropa eran los nidos donde dormían y los cubos estaban llenos de meados y mierda putrefacta. Eran negros porque estaban cubiertos por una capa de moscas muertas flotando. Si no lo ves no te lo crees. La fiesta que hubo tras el concierto con todos esos personajes fue cosa aparte también, como un cuadro del Bosco! Temerosos de los horrores que nos esperaban, pasamos la noche acurrucados y encerrados dentro de nuestra furgoneta en medio de algún aparcamiento subterráneo mientras "los piojosos bebían, bailaban y copulaban fuera toda la noche”.
P. Habiendo recibido tal hospitalidad, ¿no habéis estado tentados alguna vez de devolver el “cumplido”?
Deek. El pasado verano algunos miembros de la organización nos molestaron mucho, entonces mezclamos la brutal cerveza casera finlandesa con nuestro propio pis y se la dimos a beber. Bueno, al final decidimos no dársela, pero uno de ellos vino y me la pidió. Intenté explicarle que no era para beber, pero él me la quitó y se la bebió de un trago.
Los finlandeses han “experimentado” con nuestra orina más de una vez. En otra ocasión nuestro bajista estaba realmente borracho y se alivió sobre un tío que estaba inconsciente en frente del escenario. Cuando volvimos a casa había una carta de una mujer que había estado allí, decía que era una fetichista de los meados y que eso fue una de las mejores cosas que había presenciado nunca en un escenario.
P. ¿Alguna asquerosidad más que quisieras vomitar?
Deek. Una vez estábamos en casa de una pareja que nos había llamado para tocar en Gales. Su relación no estaba en el mejor momento y una mañana, tras el concierto, él nos pidió ir al pub con su bebé de 6 meses que le habían dejado a su cargo. Se había zampado dos botellas de sidra por el desayuno, por lo que ya se encontraba fuera de sí cuando llegamos al pub. Allí se bebió un par de pintas más y empezó a dar tumbos en el asiento a la vez que eructaba, cosa que hizo preocuparnos más y más acerca de su habilidad para cuidar del bebé que tenía en sus brazos. Y de repente… “joder, bleeeeurgh”, echó las potas y el puto bebé quedó cubierto en vómito. Es una de las peores cosas que he visto en mi vida.
P. ¿Y estáis celebrando el 30ª aniversario de esto? Alguna gente preferiría estarse un tiempo en una prisión tailandesa, probablemente sería más segura e higiénica…
Deek. Hay unos pocos de aspectos negativos en la escena punk más underground, pero los okupas de la mierda incrustada y las pulgas “cabalgando” son afortunadamente una excepción más que la regla. A veces, es mejor que estén en okupas. (Otra vez) en Polonia, este chaval nos dijo que podíamos “tocar en la casa de su novia”. Llegamos allí y todo parecía sorprendentemente normal (había cuadros de Jesús y María y cosas por el estilo). Cuando les preguntamos que dónde tenían su colección de discos nos dieron evasivas y caímos en la cuenta de que habían forzado una casa vieja para que diéramos un concierto en el salón.
En otra ocasión, también en Polonia, nos alojamos en un barato hotel con los organizadores y estos empezaron a probar cócteles molotov caseros en la ducha y en los armarios!! Tiraron cubos de agua a las llamas, pero la habitación quedó destrozada y al día siguiente nos dijeron que el hotel lo llevaba la mafia polaca, por lo que tuvimos que escapar bajando por la ventana desde un cuarto piso.
No hace falta decir que muchos conciertos terminaron con disturbios a gran escala también (balas de goma, cañones de agua, gases lacrimógenos, etc). En uno en Berlín los punks comenzaron a tirar bombas de gasolina a la policía y los maderos tuvieron que correr para salvar sus vidas.
P. Oi Polloi han sido siempre conocidos por su compromiso político como grupo y tú especialmente sabemos que odias a los fascistas. ¿Has tenido alguna vez movidas con estos individuos? Llevando lo de “Oi” en vuestro nombre y no siendo los nazis unos eruditos de la antigua Grecia precisamente, deben de haberos causado algunos problemas a lo largo de los años, ¿no?
Deek. Es un tema que está un poco subestimado y no debería de ser así. Un par de años atrás en Suiza, fascistas pusieron una bomba en la entrada de la sala donde estábamos tocando. Estaba programada para que explotara a la mitad de nuestro concierto. Por suerte alguien la vio a tiempo y tuvo la valentía de sacarla fuera, donde explotó un par de minutos después alcanzando la bola de fuego unos 6 metros de alto. Si hubiera estallado dentro, no estaría hablando aquí ahora.
En otra ocasión, en Estonia, el idiota promotor decidió ponernos en el mismo cartel que una jodida banda neonazi quienes tenían temas en su repertorio como la versión de los Beatles “Get Back” en el que cambiaban los coros por “Negrata, negrata, vuelve a la jungla a la que perteneces”. No teníamos ni idea sobre esto (habíamos estado bebiendo en la furgoneta), por lo que no hace falta decir que el grupo de skins no se tomó muy bien que empezáramos nuestro concierto con la canción “Bash The Fash” (Golpea a los fascistas). Tuvimos que pelear para salir de la sala y las dos únicas personas que acudieron en nuestra ayuda fueron los dos rusos que llevaban el bar, un par de “Stalins” que sacaron de la barra unos bates de beisbol con clavos incrustados para darle a los fascistas.
P. ¿Alguna cosa más?
Deek. Viendo que todo esto está poco conectado con la boda real, debería explicarte acerca de una vez que estuvimos a punto de pillar en Dublín. Había un montón de católicos conservadores entre la audiencia a los que no les gustó nuestra canción pro-derecho a abortar "The Right To Choose" (El derecho a escoger).
P. ¿Qué ocurrió en esa ocasión?
Deek. Nos quisieron patear seriamente. Solo nos salvó el hecho de que hubo una pelea local entre dos familias de nómadas viajeros, una de las cuales estaban bebiendo en el pub del piso de abajo. Por suerte, sus enemigos escogieron justo ese momento para forzar su furgoneta, meterle fuego y empujarla abajo de la colina poniendo todo el lugar en llamas. Durante el caos, los “Bootboys del Papa” se olvidaron rápido de darnos el correctivo. Esperamos no encontrarnos con ningún monárquico en nuestro Fuck The Royal Wedding Show.
P. ¿Quieres añadir algo más? ¿Has tenido suficiente con la entrevista?
Deek. Diría que sí, que es suficiente.
Chris Low.
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