Breu història del punk a Mallorca. Tomeu Canyelles. Lleonard Muntaner/ Panorama 40Putes (2014). 99 págs. Catalán. 9,5 €
Como su título ya deja entrever, en este libro nos encontramos con una breve pero concisa historia sobre el punk en Mallorca, desde sus inicios a finales de los 70 hasta prácticamente nuestros días. En su recorrido cronológico, el autor empieza por las primeras formaciones de proto-punk que surgieron a finales de la década de los setenta y comienzos de los 80, con un sonido que fluctuaba entre el rock duro, el post punk y la new wave. La eclosión del punk mallorquín sin embargo no se sucedería hasta 1984, cuando tres de los principales grupos que dio la isla nacerían casi a la par. Nos referimos a Cerebros Exprimidos, Ruina Social (con chica a la voz) y Eskoria. Las visitas de bandas como los Desechables (85), La Polla Records (86-89), Eskorbuto (86), Kortatu (86) y Decibelios (87) sirvieron de incentivo para relanzar la escena punk en Mallorca y es en esos tiempos cuando comienzan a emerger nuevos grupos, salas, fanzines, programas de radio, activismo, etc. Como no podía ser de otra manera cuando de la década de los ochenta hablamos, es la época también en que se vive de manera más intensa todo y son numerosas las broncas que se forman en los diferentes festivales a la par que la heroína irrumpe y se empiezan a notar sus estragos. En 1985 nacerían los precursores del sonido hard core en Mallorca: Testículos de Jehová. Un año más tarde les tocaría el turno a Los Turkos, banda con algún “cerebro exprimido” en sus filas e influenciada por el sonido de los Cramps y similares. Cerebros Exprimidos fueron quizá el grupo punk mallorquín que llegó más lejos y el rastro o influencia que dejaron en la isla se nota a día de hoy. Si Eskoria o Ruina Social estaban mayormente influenciados por la Segunda Ola del punk británico o el Rock Radikal Vasco, Cerebros Exprimidos miraban más al punk rock’n’roll americano. Ya en los 90, los punks mallorquines verían actuar tras dos intentos fallidos a los Ramones en la isla. A la tercera fue la vencida aunque no acabara de satisfacer del todo a parte del público que asistió. Otras bandas internacionales se dejarían caer poco a poco por Mallorca a la par que la escena experimentaba un boom y un nuevo renacer, con multitud de grupos formándose y mucha gente nueva organizando conciertos, implicándose en okupas, etc. Como ya pasó en otros sitios, en los 90 el volumen de formaciones fue bastante considerable así como el abanico de subestilos que dentro del punk se dio (hard core, Oi, metal core, etc). Al haber más de todo, la información sobre las bandas, sellos, publicaciones y demás está más sintetizada, aunque salgan evidentemente casi todos los nombres (Bad Taste, Oi The Arrase, Net Weigh, Guadaña…). He de reconocer que quitando los Cerebros Exprimidos y demás grupos de los noventa, no supe nada de los antecedentes ochenteros del punk mallorquín hasta la llegada de internet y la difusión de blogs y páginas como Mallorca Punk o Mallorca Nochentas. En la misma introducción, el autor lamenta que por ejemplo en el documental No acepto no apareciera ninguna banda mallorquina. Es cierto y es por ello que celebro que se publiquen obras como ésta, pues son la “prueba” de que en Mallorca hubo también mucho punk y la garantía de que no se quedarán en el olvido todos esos grupos que originaron la movida así como los que la continuaron después hasta nuestros días. Porque lo mejor de todo es que podemos decir que la escena punk-hard core en Mallorca está asentada. Con sus altos y bajos como en todas partes, pero consolidada gracias a todo el trabajo de esas generaciones anteriores. Por tanto, en un futuro no muy lejano incluso se podría ver tranquilamente una segunda parte de esta Breu història del punk a Mallorca. Como ya he dicho otras veces, a ver si se anima la gente y van saliendo más libros de este tipo que cubran la escena punk de todos los rincones del estado.
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